En ocasión de la Navidad, los daneses esperan con gran expectación una "Navidad blanca", esto es, una Navidad llena de nieve, lo cual rara vez ocurre. La temperatura en esa época del año varía mucho y pueden registrarse 10 grados con sol, lo cual constituye un espectáculo muy bello pues las calles no tienen nieve y se puede caminar y disfrutar alegremente del ambiente festivo de la Navidad.
Dentro de las innumerables y muy variadas opciones para la decoración de la Navidad, destaca la "vela calendario" que indica los días del 1 al 24 de diciembre. Diariamente se quema un pedazo de vela que simboliza la ansiedad con la que los daneses esperan la llegada de la mayor fiesta del año.
Según la tradición danesa, a los niños sólo se les permite ver el árbol después de la cena de Navidad. Las costumbres han cambiado un poco y hoy en día los niños y los jóvenes decoran su propio árbol. Una semana antes, las familias danesas realizan un paseo por el bosque más próximo en busca del anhelado pino que tan bien caracteriza la Navidad danesa. Este debe ser de preferencia tan alto que la estrella colocada en la punta alcance el techo.
El árbol decorado con velas naturales, se enciende después de la cena y en ese clima de fiesta, bailando y cantando en torno a él, llega el momento más esperado por los niños: la distribución de los regalos. Y así, la Navidad se prolonga durante bien entrada la noche y la euforia crece.
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